La reducción histórica de la dosis diaria de etinilestradiol a partir de 100 mcg a 50 mcg y de 50 mcg a 30 mcg llevó a una disminución en el riesgo de enfermedad venosa. Por debajo de 30 mcg de etinil estradiol, la contribución del componente estrogénico al riesgo de trombosis es baja y entonces aparecen pequeñas diferencias entre las distintas combinaciones según el progestágeno que contienen.
 
Las rutas no orales de administración de fórmulas que contienen EE (vaginal o parche) han mostrado riesgo de trombosis similar a otros anticonceptivos combinados orales.
 
Recomendaciones para prescribir anticonceptivos
Valorar los factores de riesgo de TEV antes de iniciar el tratamiento anticonceptivo y decidir junto con la mujer el anticonceptivo más adecuado.
Informar a las mujeres sobre los signos y síntomas que facilitan el diagnóstico precoz de tromboembolismo venoso.
 
Evaluar periódicamente el tratamiento, valorando los factores de riesgo conocidos para trombosis, ya que estos pueden variar o aparecer a lo largo de la vida.
 
No existen motivos de seguridad que hagan necesaria la interrupción del anticonceptivo hormonal en mujeres que vienen utilizándolo sin presentar problemas. No hay motivos basados en evidencia para suspender terapias anticonceptivas hormonales por criterios de edad en pacientes perimenopáusicas.
 
Los métodos hormonales de efecto prolongado, parche, anillo intravaginal o implantes, son recursos importantes en casos de bajo cumplimiento.
 
Estrategia para la anticoncepción segura
La estrategia consiste en la identificación de factores de riesgo en cada usuaria, en la elección del fármaco más adecuado y ofrecer suficiente información y vigilancia para la detección precoz de eventuales complicaciones.
 
No existe un método exento de algún riesgo. Corresponde al clínico seleccionar el método más adecuado para cada caso, de acuerdo a objetivos que consideran la eficacia anticonceptiva, los beneficios no anticonceptivos y los riesgos potenciales.
 
No hay razón para omitir el estrógeno en mujeres sin factores de riesgo de trombosis, pero en mujeres de alto riesgo es razonable favorecer a aquellas progestinas solas, sin combinación con estrógenos, que han mostrado riesgo muy bajo. El método hormonal que ha mostrado menor riesgo de trombosis es el sistema intrauterino medicado con levonorgestrel.
 
No está recomendado el tamizaje con pruebas para trombofilia antes del inicio de anticonceptivos hormonales, por su baja prevalencia, a menos que haya antecedentes de trombosis o sospecha fundada, aunque el estudio puede ser efectuado en mujeres que lo soliciten.
 
 
(Continúa)